El choque térmico ocurre cuando una pieza cerámica se somete a un cambio brusco de temperatura, generando tensiones internas que pueden causar grietas, fracturas o incluso la ruptura de la pieza. Este fenómeno es común en aplicaciones donde las cerámicas están expuestas a variaciones térmicas extremas, como en utensilios de cocina, cerámica técnica o componentes industriales.
La resistencia al choque térmico es una propiedad crucial en este tipo de cerámicas. Para mejorarla, se utilizan materiales con coeficientes de expansión térmica bajos, como ciertas arcillas especialmente formuladas. Además, se incorporan aditivos como la chamota, un material que refuerza la estructura interna y ayuda a disipar las tensiones. Un diseño adecuado, con espesores uniformes y formas simples, también es esencial para minimizar el estrés térmico.
Por ejemplo, un tazón de cerámica resistente al choque térmico puede pasar del horno caliente a una superficie fría sin riesgo de agrietarse, lo que lo hace ideal para uso culinario. En aplicaciones industriales, las cerámicas resistentes al choque térmico se utilizan en revestimientos de hornos, aislantes térmicos y componentes sometidos a condiciones extremas.
Dato interesante
La cerámica técnica utilizada en componentes electrónicos o de aviación está diseñada específicamente para soportar grandes variaciones de temperatura sin romperse.
Consejo útil
Al crear piezas funcionales como recipientes para horno, asegúrate de usar una mezcla de arcilla que sea adecuada para soportar cambios bruscos de temperatura sin fracturarse.